Biografía

Nací en Granada, en 1949, aunque muy pronto nos trasladamos a Madrid, ciudad en la que realicé mis estudios primarios, secundarios y universitarios. Descubrí pronto mi vocación hacia la Química, por lo que no tuve dudas al matricularme en la Universidad Complutense en 1967. Me especialicé en Química Física, alternando el estudio con el trabajo, que me aportaba cierta independencia económica, y mi adhesión al movimiento obrero y estudiantil, en plena efervescencia en aquellos momentos.

Durante cinco años, y aún siendo estudiante, comencé a impartir clases para adultos buscando combinar, según la línea abierta por Pablo Freire en Brasil, conciencia y conocimientos. Mi orientación hacia las ciencias la llevaría hasta la docencia, complementando así mi vocación profesional, lo que supuso que, tras finalizar la carrera, entrara en un Centro privado de Enseñanzas Medias donde impartí durante 10 años Ciencias Naturales, Física y Química, experiencia que me despertó el interés por la ecología y la naturaleza. A lo largo de estos años, apliqué nuevamente los principios de la pedagogía activa, buscando el protagonismo de los alumnos frente a la inercia adormecedora del sistema oficial. No hay educación neutra, afirmaba Freire, y nunca he entendido la educación si no es como vía de desarrollo personal para que cada sujeto exprese todas sus potencialidades y sepa imprimir un sentido a su vida. Desavenencias pedagógicas y sindicales con la dirección del centro dieron por concluida mi etapa escolar.

Mi relación con el sindicalismo arrancó en fecha muy temprana. Influido por las hermosas páginas que escribió el movimiento obrero internacional y español en el siglo XIX y principios del XX, pensaba que el sindicalismo podía convertirse en un precioso instrumento de emancipación para los trabajadores, a los que legítimamente les pertenecen los medios de producción. Sin embargo las posiciones excluyentes y burocratizadas desde el interior, y el clima general de adormecimiento y pérdida de ideales, fueron desvirtuando, progresivamente, las acciones sindicales.

En 1986 participé en la creación de un Centro de Técnicas Psicocorporales, que dirigí durante 5 años. Entré así en contacto con otras concepciones de la salud física y psicológica, que contribuí a extender, a través de un equipo docente, mediante clases regulares e intensivos monográficos. Llevamos siempre la atención a la persona como unidad, en la que todas las dimensiones son importantes y deben ser igualmente consideradas. Y siempre con los pies en la Tierra para evitar fantasías infantiles, tan comunes en estos ambientes, pero sin olvidar la dimensión espiritual del ser humano, que es la que le constituye y le da su razón de ser.

En los años 90 volví a vincularme con mi Universidad para orientar profesionalmente las inquietudes ambientales que siempre había mantenido. Para ello cursé durante dos años la Especialidad en Ciencias Ambientales, título propio de la Complutense, realicé un Master en Gestión Ambiental y comencé el programa de Doctorado, que se iniciará plasmándose en un trabajo de investigación sobre las alternativas ambientalmente aceptables a los CFC (productos destructores del ozono protector estratosférico). Su realización supuso el reconocimiento de la suficiencia investigadora, y culminará con la lectura de la tesis doctoral, en 1997, sobre la contaminación por ozono troposférico, ya que este fascinante producto, según donde se sitúe puede proteger o destruir. Posiblemente supuso para España la elaboración del primer estudio global con modelos predictivos. Más tarde continuaría investigando, dentro y fuera de la Universidad, sobre la evolución y los efectos del ozono en las distintas zonas de nuestro país, lo que se iría plasmando en diferentes libros y artículos.

Continué mi práctica docente como profesor de Ciencias Ambientales, dirigida hacia Centros de de Profesores e Instituciones Pedagógicas, Escuelas empresariales y de Negocios, así como Universidades, entre ellas la Pontificia, Cantabria, Granada, Rioja, Salamanca, etc., interviniendo como conferenciante, profesor o director de cursos, entendiendo que el trabajo con estos colectivos puede traducirse en la formación de profesionales con sensibilidad ambiental que, a su vez, puedan transmitirla a sus empresas y centros docentes, introduciendo así la variable ambiental entre los diferentes sectores sociales. Mis colaboraciones más recientes han sido con la Universidad Internacional de la Rioja, en donde he sido profesor, tutor y miembro de las Comisiones Evaluadoras.

Paralelamente he elaborado diferentes publicaciones, entre las que se cuentan 11 libros y decenas de artículos en revistas nacionales e internacionales. He participado en la fundación de organismos medioambientales, como el Aula de Medio Ambiente de la Universidad de Granada, la Sociedad Española de Química y Medio Ambiente o Científicos por el Medio Ambiente. Me ha interesado especialmente la educación ambiental por su carácter formativo y la necesidad de que el ciudadano actúe con hábitos responsables, lo que me llevó a diseñar un Curso de Formación de Educadores Ambientales que imparto, junto con otros compañeros, desde 2005 en diferentes lugares de España. Pertenecí desde sus inicios, en 1995, a la Asociación Española de Educación Ambiental, desarrollando diferentes líneas de trabajo y ocupando actualmente su Presidencia.

En síntesis, considero la Química y el Medio Ambiente como herramientas que pueden servir para mejorar el mundo. Creo en la educación como un proceso genuinamente humano por el que nos hacemos conscientes de nosotros mismos y del entorno que nos rodea. Creo igualmente en el asociacionismo, como forma de promover nuestra dimensión colectiva. Y entre estas líneas es donde actualmente trabajo, profesional y socialmente.

Federico Velázquez de Castro González